Fue otra alma de oración, amante del retiro y desprendida de todo lo terreno, pero ni el amor a la soledad ni las frecuentes desolaciones ni la conciencia clarísima de sus miserias le impidieron moverse con singular clarividencia en la fundación de Jávea.
Nació en Oliva (Valencia) en 1612. Hija del valenciano Pedro Gallart y Francisca Ferrando. A la edad de ocho años quedó huérfana. Unos años más tarde recibe el hábito de San Agustín en el convento de Alcira, y luego se traslada a Denia. Fue allí donde su confesor, el padre Salvador Barberá, le ordenó hacer una relación de los favores recibidos; la monja aprendió a escribir con este propósito. Es importante señalar que debido a sus experiencias místicas, estuvo bajo la supervisión de sus superiores. Sor María de Jesús mantuvo una relación espiritual con la madre Francisca López, así como con la beata franciscana, Catalina Ferrer, quien fue su madre espiritual durante dieciocho años. La monja fue la fundadora del convento de agustinas de Jávea el 1 de septiembre de 1663. Murió el 20 de julio de 1677.
Sobre sus escritos hay que hacer referencia a un Camino de Perfección, que podemos leer en la obra de Boix. Es una redacción en prosa castellana compuesta por 33 capítulos. Su autobiografía, fue escrita por orden de su padre espiritual (1673), que se incluye en el libro de la Vida y escritos de la Venerable Sor María de Jesús. En el relato de su vida Gallart cuenta cómo su hermano, fray José, confesor de la madre Francisca López del Santísimo Sacramento, le encargó que escribiera lo que de ella sabía, por estar decidido a escribir su vida y sobre la Madre Catalina. Sus escritos, salvados de las llamas durante la contienda de la Guerra Civil española, hoy se encuentran en el museo de las MM. Agustinas Descalzas de Benigánim.