Nuestra Vida

Nuestra Vida

La vida de las monjas contemplativas transcurre en oración, vida comunitaria, trabajo y estudio. 

La jornada monástica comienza con el rezo de las Laudes, Adoración ante el Santísimo Sacramento, y la celebración de la Eucaristía. El resto del día, excepto la hora de recreación después de la cena, transcurre en silencio, uniendo al trabajo y al estudio la oración de cada una y las horas litúrgicas que nos pone en el corazón de la Iglesia. Es la tarea que nos encomienda la Madre Iglesia en nombre de todos y por todos. 

En la soledad y el silencio, mediante la escucha de la Palabra de Dios, el ejercicio del culto divino, la ascesis personal, la oración, la mortificación y la comunión en el amor fraterno orientan toda nuestra vida y actividad a la contemplación de Dios. 

 

El trabajo de las monjas consiste en la atención a la casa de oración, a las Hermanas ancianas, la casa, la huerta y el jardín del monasterio y la tienda donde se venden objetos religiosos.

Por la tarde una hora más de Adoración, unida al canto de las Vísperas, da a las actividades esa impronta de alabanza eucarística por la que debe caracterizarse toda alma consagrada y especialmente nosotras como hijas de San Juan de Ribera.