Novena San Juan de Ribera · Día 1

La descalsez

Oración preparatoria

¡Omnipotente y eterno Dios, cuya bondad y poder tan admirable se manifiesta en vuestros Santos, que son vuestros amigos y escogidos por haber guardado vuestra santa ley mientras vivían en este mundo!; lleno de confianza acudo a vuestra Majestad para obtener la gracia que necesito, a cuyo fin pongo por intercesor y protector mío a San Juan de Ribera que está con vos en la feliz eternidad de la gloria, para que, lo que no soy digno de alcanzar a causa de mis pecados, pueda obtenerlo por sus méritos, ruegos y eficaz intercesión.

Sea dado todo honor y gloria a vos, Señor, que vivís y reináis por los siglos de los siglos. Amén.  

MEDITACIÓN

Bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos es el Reino de los cielos.

Reconoció el Santo Patriarca que todo cuanto tenía le había sido dado por Dios sin mérito suyo, y así, jamás se vanaglorió de su nobleza, riqueza o talento, porque tenía alma de pobre, y no ignoraba, que desde su nacimiento hasta su canonización, todo era un regalo de Dios, que quiere que demos a conocer a los demás su obra en nosotros; del Dios que premia a los espíritus agradecidos haciéndoles mercedes para que más le amen y le sigan.

El pobre de espíritu es el que siendo pobre se humilla con su pobreza, y siendo rico no se ensoberbece ni se engríe con la riqueza.

Alcánzanos Juan de Ribera, imitarte en tu pobreza de espíritu para que despegados de todo, menos de Cristo, tengamos el corazón dispuesto a llenarlo del amor de Dios.

Estación al Santísimo Sacramento  

(5 Padrenuestros, Avemarías y gloria…)         

Oración final

Oh Dios que hiciste admirable al Obispo Juan de Ribera en el celo pastoral y en el amor al divino sacramento del cuerpo y sangre de tu Hijo; te suplicamos que por su intercesión, nos hagas perennemente participantes del fruto de la redención.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

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